
A Gabriela Frías
Es una mujer que convierte la noche en día
admirada por millones de personas ¿dónde está su alto cielo?
Cuando se pondrá formal en sus palabras
Reflexiono sobre lo que nos toca discutir
tú que desplazas tu enojo en un conjunto de pasado
traído de tu México natal con tu tierno mirar
las venas de un mundo ajeno a las tinieblas.
No tendrá ganas la soledad en tu entorno
porque sobre mi corazón reinas.
Está cercado tu camino
por todos lados tu imagen espera
la pantalla de plata habita en un coro
me horroriza la soledad
esperando en los pantanos amiga mía.
La represión es humillante para quien la practica
porque me ha tocado el destino
amical para esculpir de nuevo
lo que difiere con tu altivez en el gozo
sobre los manatiales que tocan las nubes.
Apartate de mí
conoces bien mis deseos y maquinaciones
¿dónde está la casa del derribado?
tapaste tu desvarío con desparpajo
hombre distinguido que habita en la hierba
¿Cómo se juzga a un perverso?
agua de río derramado
recelosa con la vida
toma tu corazón con tu mirada
y sobre tu vida derriba la rebeldía
No hables con amargura por ver parte de tus canas.
REFLEXIONES
Es una mujer que convierte la noche en día
admirada por millones de televidentes ¿dónde ésta su alto cielo?
Cuando le pondrá el final a sus palabras.
Reflexiones sobre lo que nos toca discutir
tú que desplazas tu enojo a un condominio de Brasil
o la piedra en una callejuela de tu natal México.
No tendremos que buscar socorro en las tinieblas
o pesadamente irás al final del tormento.
Se mancha la pantalla de plata.
Grabiela Frías, es una mujer que encanta
su enojo enciende praderas
y el desencanto no alcanzará su perdón
cruzado con todo el dolor de mis recuerdos.
Partió al monte en busca del mejor esclavo
sus sandalias se llenaron de asfalto
riquezas y provisiones se multiplicaron por doquier.
Amiga entrañable solo tu sabes de mi infortunio
de mi profunda soledad y del abatimiento
que cae cada día a borbotones como hendiduras sumisas
practicando la opulencia sobre galardones en la tierra.
No se puede contabilizar las meteoritos
ni los objetos celestes que se pierden en el cielo.
Escudos y coronas se ciñen en tu frente
como perpetuo pacto de amistad.
Que su perpetúe aquella llanura donde pastan tus ganados
que el humo más excelso corone la cúspide.
Las monedas de oro y plata no tienen valor para regresar
a un espectáculo multicolor.
Celebro mis poemas ¡oh amiga! ya no contestas
el humo infla mis pulmones y miro la lluvia para que no caiga en balde
aparta el tiempo de la siega para nuestra propia casa.
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