martes, 29 de noviembre de 2016
ARMIJOS Y SU AMOR A LA LITERATURA
Por: Bernardo Tineo Tineo *
En la década del 70, cuando residí en Lima, asistía a los ciclos de conferencias y recitales poéticos que ofrecían los escritores y poetas, en el Instituto Nacional de Cultura, hoy Ministerio de Cultura. En la Asociación Nacional de escritores y Artistas (ANEA). En estas tertulias literarias conocí a Gustavo Armijos, joven poeta y promotor cultural. Alternaba con los renombrados escritores nacionales como: Mario Florián, Winston Orrillo, Jesús Cabel, Washington Delgado, Juan Gonzalo Rose, Alberto Tauro del Pino, César Toro Montalvo. Entre las figuras destacadas en la crítica literaria y ensayo: Manuel Pantigoso, Jorge Cornejo Polar, Enrique Ballón Aguirre, Augusto Tamayo Vargas; es decir, la celebridad de los ilustres académicos. Gustavo Armijos nació en Piura en 1952, arribó a la ciudad de Lima, en busca de nuevos horizontes culturales, como todo provinciano que desea trabajar por la cultura. En las reuniones de escritores siempre estaba presente; Su participación era notoria, porque presentaba sus libros que publicaba, como “Celebraciones de un trovador” (1977), poemario de gran aliento social; “Liturgia de la vigilia” (1979). De estos poemarios publiqué comentarios críticos valorativos en los diarios: Ojo, de Lima; en La Industria, de Chiclayo. En esos años a Armijos lo aprecié como un vate de tendencia anglosajona, conjugaba la bohemia con la literatura, sus poesías parecían crónicas de su vida personal, sus cantos expresaban sus correrías por las calles de Lima, ciudad que lo acogió y decidió quedarse a vivir y abrevar de sus fuentes culturales que le ofrece a todo provinciano que desea realizar actividades de su vocación como escritor. Con Gustavo Armijos siempre caminábamos por las calles de Lima platicando de literatura, hablábamos de Vallejo, de Martín Adán, de Eguren, y de célebres escritores extranjeros: Pablo Neruda, Gustavo Flaubert, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Francisco de Quevedo, Rubén Darío., entre otros. En los cafetines escribíamos y leíamos nuestros poemas. Algunas veces nos acompañaba Juan Flores Arrascue, Juan Félix Cortes, Max Dextre, Luis Pío. Ahora por motivo de realizarse el III FESTIIVAL INTENACIONAL POETICO, POR LOS CAMINOS DEL SEÑOR DE SIPAN “GUSTAVO ARMIJOS”, que organizó Conglomerado Cultural en la ciudad de Lambayeque, movimiento que dirige el notable narrador Nicolás Hidrogo Navarro y se realizó en los días: 26 - 27 y 28 de agosto de 2016. Para este evento ha venido invitado el distinguido vate nacional Gustavo Armijos, a recibir el merecido homenaje que se le brindó, en reconocimiento a su destacada labor, como poeta y promotor cultural que ha realizado en la ciudad de Lima editando su importante revista “La tortuga ecuestre”. El movimiento literario Conglomerado Cultural cumplió 400 semanas, o noches de cuento, de poesías y presentando libros de diversos autores regionales, nacionales, e internacionales, con comentarios en mesa de destacados comentaristas y asedios críticos; colmando las expectativas de los autores de las obras y también del público que se reúnen en cada semana a escuchar y participar de esta fiesta cultural. De esta manera se hace de Chiclayo, una ciudad, que realmente ame la cultura y valora a sus escritores. Desde hace 42 años, en Lima, Gustavo Armijos dirige su revista La tortuga ecuestre, publicando poemas de reconocidos poetas nacionales; siendo la revista de mayor duración que hasta ahora conozco. Este número que es el 355, una “edición especial de oro”, porque es la primera vez que ha publicado en antología a 15 narradores, 15 poetas y 5 decimitas lambayecanos, de los más emblemáticos del pasado del presente y ha sido preparado por el notable narrador lambayecana, Nicolás Hidrogo Navarro, por encargo de Armijos y la presentaron en la Cámara de Comercio de Chiclayo, en la noche del día 26 de agosto, también el 9 de septiembre lo harán en la ciudad de Lima, con el escritor Juan Benavente, que dirige los “Viernes literarios”. De esta manera se consagra como una revista histórica de la poesía peruana. Los críticos e investigadores, tendrán que analizar y dar su opinión, de este número que es el más nutrido en contendido y en páginas. Los estudiosos no podrán guardar silencio, cuando se trata de una revista que ha difundido por más de 40 años, la creación poética de innumerables poetas, de pluma fecunda y creadora. En la ceremonia de clausura de este este festival poético, Nicolás Hidrogo Navarro, les confirió la Medalla de Conglomerado Cultural, a Gustavo Armijos, por su gran aporte poético y por dirigir y editar su revista por más de 40 años, y Soledad Tovar Sáenz, escritora mexicana, que reside en Estados Unidos, como merecido reconocimiento a su valioso aporte brindado a la cultura peruana, latinoamericana y por ser una mujer que tiene grandes dones de filantropía y humanismo; virtudes que la adornan y ennoblecen su espíritu. Ahora me sorprende Armijos con su nuevo poemario “Poemas a Moale”, Gaviota azul Editores. Lima 2016. Veo que ha elevado su creación a otro nivel poético, tiene nueva creación estética, social y amatoria. Cada verso discurre por caudales limpios, transparentes, como fresco hontanar de un nuevo amanecer. Conjuga las ideas con los sentimientos acorde con sus mensajes. Con cierto hermetismo, trasluce en sus versos lo candoroso, tierno y humano, que confluyen en lirismo hermoso, a veces patético, que clama el encuentro feliz con la mujer que ama. A manera de epígrafe expresa su mensaje en la primera página de este libro, en que empieza su discurso poético dedicado a Moale, que tiene la “piel relampagueante, labios naranjas”, continua diciéndole, “permíteme construir el más inmenso templo en tu homenaje / y testimoniar que se puede edificar la amistad entre un hombre y una mujer”. Estos versos sintetizan todo el contenido del poemario dedicado al ser que admira y ama. En el siguiente poema “Contentamiento a Moale”, despliega su canto sublime, en honor a la mujer, cuya amistad le embarga sus sentimientos; porque es como el ángel guardián de su vida. “Moale puedo mirar tu frente / orientada hacia el mar / mejor hacia la tupida vegetación ancha y fresca / siento la piel encendida / y tu corazón / estallando en mil pedazos”. El corazón de la mujer despide chispas de amor, de afecto; porque es una mujer noble, de corazón generoso. Concluye este poema “Eres tan bonita, Moale, que las campanas doblan/ en nombre de tu belleza porque eres eterna/ y tienes la maravilla del mar”. Expresa la grandeza de los sentimientos de la mujer, que la compara con el mar. Esta riqueza de imágenes, de metáforas, le da un nuevo tono original a la poesía de Armijos. Continua narrando su amor que siente por Moale, le pide que se acuerde de él, que no la desampare, que no permita que su silencio y su olvido se el velo que lo cubra, como la noche. Piensa que el olvido es el eterno castigo que estremece a su alma, que lo hace delirar hasta ver que sus “mejillas tienen el reflejo de una copa de vino”. Nos quiere decir que es una mujer morenita, dulce, amable candorosa, de alma tan tierna y bondadosa. Por eso exclama “ten piedad de mí ¡oh Moale!”. La desolación sombría le abruma al poeta, cuando piensa en la mujer que es el único bien de su vida, y le dice: “Apresurarte / hay también desolación en mi existencia / que la congoja me invade / anegando de agua mis ojos”. La desolación y la amargura le oprimen el corazón del poeta, hasta desahogar con lágrimas. En su soledad comprende que los años lo van venciendo, porque observa que sus “cabellos han encanecido” y se entristece como una flor que busca salir del otoño hacia la primavera. Muchos temas más se pueden analizar de este libro, que es un gran logro en la poesía de Armijos, que tendrá presencia duradera en la poesía peruana y latinoamericana; pero lo haré en otra oportunidad.
*Bernardo Tineo Tineo, escritor peruano, docente, investigador, autor de varios libros.
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